Maria Bejarano Maria Bejarano

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Creo que todo empezó una mañana de domingo, con 16 años, fuimos a ver una exposición de arte contemporáneo de la artista Regla Alonso Miura. Eso cambió todo, Me acuerdo de las obras como si fuera ayer, eran estudios sobre el coto de Doñana, grandes manchas de carboncillo, unas delicadas acuarelas y dibujos muy lineales. Aun tengo el catalogo que me regaló mi abuelo guardado con mucho cariño y me sigue admirando igual…

Y decidí estudiar Bella Artes en Sevilla, allí aprendí a saber enfocar mis obras de una manera académica, que aunque no fue suficiente, sí es indispensable para tener libertad de ejecución. A mitad de mis estudios recibí una Beca Erasmus, en Gloucester, UK, allí todo era completamente diferente, sin duda este fue un punto de inflexión en mi vida artística, aprendí la importancia del acto de pintar en sí, la obra una vez terminada tiene otro valor completamente diferente para el artista.

Terminada la carrera, en Florencia curse un postgrado en diseño gráfico. Pero lo más importante que aprendí allí no fue a solo a diseñar, fue como fomentar mi autoestima artística, algo fundamental.

Ya de nuevo en Sevilla, pintaba y hacía diseño grafico, vinieron mis primeras exposiciones, mis primeras campañas. Conseguí una beca de diseño multimedia. Que me abrió muchas puertas, quizás demasiadas, empecé sobre la marcha a trabajar en una empresa como diseñadora, a dar clases de postgrado en distintos cursos. Y claro cada vez pasaba menos horas en el estudio pintando.

Ya con un contrato con una productora madrileña, volvió a ganar el impulso y lo deje pasar y volví a apostar de nuevo solo por la pintura. Me vine a vivir a Madrid, primero me di un año, luego dos…y hasta hoy

Aquí en Madrid todo fue paso a paso, empecé con la galería Peironcelly y siguieron otras más en Sevilla, Linares y siempre alternaba con alguna sala de exposición, normalmente de fundaciones o entidades bancarias. Valencia, Zaragora, Cadiz…

Durante esos primeros años en Madrid, tuve la gran suerte que un día conocí de casualidad a Manolo Calvo, un gran artista de la geometría española. Contra todo pronóstico, porque éramos el día y la noche, nos hicimos grandes amigos. Durante años tenía su visita diaria en mi estudio. Entonces mi pintura era más miedosa, el me enseño a desmitificar la obra. Ahora sé que hasta que no le pierdes el respeto no logras controlarla.

Como siempre me gusto aprender, empecé de nuevo con el grabado en El Thyssen y posteriormente en la Casa de la Moneda, seguía muy interesada en las técnicas digitales y implemente el grabado calcográfico con el mundo digital. Vinieron entonces las ferias de Estampa las ediciones múltiples de una obra.

En 2010 en el Puerto de Santa María, en Cádiz exponía “ Noche de levante en calma” Una visión de la ciudad por distintos poetas que habían vivido en ella. Era la sala de ibercaja, una nave antigua de dos plantas acondicionada como sala de exposiciones. Llevaba más de un año preparándola porque necesitaba mucha obra, la verdad que nunca sabes cómo saldrá ni quién irá, pero tuve la gran suerte de que fué Julián Coca, propietario de unas galerías muy significativas en Madrid, le gusto mi obra y me propuso trabajar con ellos. Ese año ya hice la primera de muchas exposiciones en sus salas.

Uno nunca sabe dónde estará la oportunidad, en todos estos años he trabajado con muchas galerías, he mandado muchísimos dossieres a otras tantas, normalmente sin respuesta. Solo he aprendido que lo importante es seguir pintando, aunque no siempre salían las cosas tan redondas, hice exposiciones a las que no fue nadie, que no funcionaron, me acuerdo una que coincidió la inauguración con un partido de España en el mundial, no fue nadie. Pero siempre seguía pintando a diario.

Y asi poco a poco viendo mis obras en ferias y galerías entraron en mi vida Adriana Suarez y Manolo Saenz Messia con sus respectivas galerías. Este en un mundo difícil y tener cerca a galeristas que confíen realmente en tu trabajo es lo más importante.

Pues con ellos y con la galería Alfonso XII, llegaron las ferias nacionales e internacionales y los coleccionistas privados. El que más destacaría es sin duda a Juan Antonio Pérez Simón.

Una constante en mi vida ha sido la investigación plástica, mi técnica más característica es sobre soporte de metacrilato, al modo de la pintura sobre vidrio antigua. Cuando llegó la pandemia tuve una fuerte necesidad de hacer una colección diferente para ese momento tan difícil que vivimos. Y quise hacerla de una manera diferente completamente tanto de lenguaje como de temática y empecé a trabajar con las resinas. Esta colección “ Paisajes sin sombra” es un canto a la energía y a la introspección. Expuse estas obras en Artmadrid, Santander y por último este año en un espacio que me enamoro, “Garaje Lola” en Madrid. Donde cerré esta etapa.

Justo después de la pandemia empecé a trabajar con la galería sevillana Espacio Exzentrico, llevaba muchos años sin exponer en mi ciudad y ha sido realmente una alegría volver. Y justo ahí fue mi última exposición hace poco más de dos meses.

Hay muchos nombres más, personas que han creído en mí cuando yo no estaba tan segura de mi misma. Muchos amigos conocidos por el camino, y muchas aventuras, porque de lo que estoy segura que no ha sido fácil, pero si ha sido divertido.

Y ahora a seguir pintando, que es lo mío

 

 

 

 

 

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